Ayer, a eso de las 17:45, se presentó en las oficinas del Bernabeu doña Jacinta Cantalapiedra, jubilada de la localidad de Torrefresnos (Salamanca) y seguidora del Madrid desde la postguerra, afirmando tener cerrado el fichaje de Ribery. Ya hace dos años, el club blanco estuvo derca de su contratación, quedando, según fuentes del club de la Castellana, "a falta de limar unos flecos". Jacinta nos aclaraba los pormenores del fichaje: "Sabiendo que quedaban por limar unos flecos, me puse a la labor, pero no crean que es tan fácil eso de lomar flecos, es mucho más fácil con otro tipo de superficies" confesaba Jacinta. "Además, se hace difícil compaginarlo con el almuerzo de Eufrasio, mi marido, que a las 4 tiene partida de mus y tiene que estar todo listo para las 2", añadía la seguidora merengue.
Fuentes de la Federación Española de Fútbol han comprobado los flecos y nos aseguran que "están limados a conciencia, tanto, que suponen una rúbrica contractual, vamos a proceder a pedir el transfer a la UEFA porque es de derecho que el trabajo de Jacinta se vea recompensado". Jacinta, orgullosa de su trabajo, queda en un vacío de espíritu importante al no tener grandes metas en adelante, si bien, preguntada por su futuro, afirma: "Creo que voy a hacer un mantel de ganchillo con el escudo del Madrid y se lo regalo a Ribery". Noble gesto. Sin embargo, Eufrasio cree oportuno "que se retire, está en lo más alto y es un buen momento. Además, está descuidando las labores del hogar y nunca encuentro el azucar".
Jacinta se ve con fuerzas y puede renovar o ir al Shalke, que necesita de remendar la bandera, que tiene un siete.
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